CIENTíFICOS HALLAN LA COMBINACIóN PERFECTA DE HáBITOS PARA VIVIR CINCO AñOS MáS

Las personas con predisposición genética a una vida más corta podrían vivir cinco años más si siguieran un estilo de vida saludable, según descubrieron unos científicos.

En el primer estudio de este tipo, los expertos analizaron que, a pesar de la enorme influencia de la genética, las probabilidades de supervivencia pueden mejorar mediante el ejercicio, una alimentación sana, dormir lo suficiente y no fumar.

El estudio contó con la participación de 353.742 personas del Biobanco del Reino Unido y demostró que las personas con un alto riesgo genético de tener una vida más corta tienen un 21% más de riesgo de muerte prematura en comparación con las que tienen un riesgo genético bajo, sin importar sus hábitos.

Por su parte, las personas con estilos de vida poco saludables tienen un 78% más de probabilidades de morir de forma prematura, independientemente del riesgo genético.

El estudio también descubrió que tener tanto hábitos poco saludables como genes de vida más corta duplicaba con creces el riesgo de muerte prematura en comparación con las personas con genes más afortunados y hábitos saludables.

Sin embargo, los investigadores descubrieron que las personas parecían tener cierto grado de control sobre el resultado.

Sus conclusiones mostraron que el riesgo genético de una vida más corta o una muerte prematura podría compensarse con un estilo de vida favorable en un 62% aproximadamente.

Explicaron: “Los participantes con alto riesgo genético podrían prolongar aproximadamente 5,22 años la esperanza de vida a los 40 años con un estilo de vida favorable”.

La “combinación óptima de estilo de vida” para una vida más larga resultó ser “no fumar nunca, realizar actividad física con regularidad, dormir lo suficiente y tener una alimentación sana”.

Publicado en la revista BMJ Evidence Based Medicine, el estudio hizo un seguimiento medio de 13 años, durante los cuales se produjeron 24.239 muertes.

Las personas se agruparon en tres categorías de esperanza de vida determinadas por factores genéticos: larga (20,1%), intermedia (60,1%) y corta (19,8%); y en tres categorías de puntuación del estilo de vida: favorable (23,1%), intermedia (55,6%) y desfavorable (21,3%).

Los investigadores utilizaron puntuaciones de riesgo poligénico para examinar múltiples variantes genéticas y determinar la predisposición genética general de una persona a una vida más larga o más corta.

Otras puntuaciones analizaban si las personas fumaban, bebían alcohol, hacían ejercicio, el tipo de cuerpo, la alimentación saludable y el sueño.

Matt Lambert, responsable de información de salubridad del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer, declaró: “Esta nueva investigación demuestra que, a pesar de los factores genéticos, llevar un estilo de vida saludable, que incluya una alimentación equilibrada y nutritiva y estar físicamente activos, puede ayudarnos a vivir más tiempo. También sabemos que puede reducir el riesgo de cáncer”.

Reconoce que “hacer cambios saludables puede ser desalentador”, pero sugiere consultar el programa de vida sana en línea de la fundación, Activ8.

Entre los investigadores había integrantes de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zhejiang (China) y de la Universidad de Edimburgo.

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